El perdón
Es evidente que nuestros padres y madres, en general, no pretendieron herirnos.
Hicieron lo que buenamente pudieron, no eran perfectos.
Si logras comprender que tienen sus propios dilemas vitales, sus propios esquemas emocionales y que ésa es la razón por la que se comportan de una determinada manera, puedes mostrar más empatía y más comprensión y perdonarlos por lo que te hicieron en lugar de albergar ira y resentimiento hacia ellos.

Lo cierto es que la ira y el reproche por sí solos no curan las heridas. Si además de sentir y de expresar la ira, ésta no se procesa, si no se supera, deja un poso de resentimiento y de amargura en quien lo padece.
Las personas que debían amarnos pero no lo hicieron, padre, madre, hermano, hermana, pareja, amistades o enemigos, también fueron presa de sus propios condicionantes.
A lo largo de las generaciones ¿quién engendró, quién agravó, quién perpetuo?
Siempre resultará más constructivo formar parte de aquellas personasque comprendieron, resolvieron y perdonaron.
Elsa Punset. Inocencia radical
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