lunes, 28 de octubre de 2013

¿ERES UNA ZANAHORIA, UN HUEVO O UN GRANO DE CAFÉ?



Una niña se quejaba con su abuela acerca de su vida y cómo las cosas le resultaban tan difíciles. Cada vez que solucionaba un problema, aparecía otro.
No sabía cómo hacer para
seguir adelante. Estaba cansada de luchar y consideraba darse por vencida.
Su abuela era una chef y la llevó al restaurante donde trabajaba. Allí, sin decir palabra, llenó tres recipientes pequeños con agua y los colocó sobre el fuego.
En cuanto que el agua hervía, colocó una zanahoria en uno; un huevo en otro, y unos granos de café en el tercero.
La niña esperó pacientemente preguntándose qué estaría haciendo su abuela.  A los veinte minutos, la abuela apagó el fuego. Sacó la zanahoria y el huevo y los puso en un plato.
El café lo dejó en el recipiente.
La hizo acercarse y le pidió que tocara la zanahoria y notara como era. Ella lo hizo y reportó que estaba blanda. Luego le pidió que rompiera la cáscara del huevo y notara como era el huevo. Ella lo hizo y reportó que estaba duro.
Luego le pidió que probara el café. Ella sonrió mientras disfrutaba de su rico aroma y sabor. Su nieta le preguntó: "¿Qué significa esto, amama?"
Ella le explicó: "Los tres elementos enfrentaron la misma adversidad: agua hirviendo. Pero cada uno reaccionó de manera diferente:
La zanahoria llegó al agua fuerte y dura; pero se volvió blanda y débil.
El huevo había llegado al agua frágil, protegido solo por su cáscara; pero se volvió duro.
Los granos de café, sin embargo, eran únicos. Después de estar en agua hirviendo, habían cambiado el agua.
¿Cuál eres tú?, le preguntó a su nieta.
"Cuando la adversidad llega a tu puerta,
¿Cómo respondes? ¿Cómo eres tú?,
¿Eres como la zanahoria que con la adversidad de una separación o un despido te vuelves débil?"
O ¿Eres como el huevo que comienza con un corazón blando y espíritu fluido, pero después de una muerte o un divorcio; te vuelves duro y rígido?
 ¿O eres como un grano de café que bajo la adversidad saca su mejor esencia y enriquece su Ser y su vida?"
Ojala seas como el café que cuando aparezcan los problemas o las adversidades, seas capaz de ser fuerte, sin dejarte vencer ni aislarte, salir airosa e incluso mejorar tu misma consiguiendo cambiar tu entorno.
Recuerda todo lo que te sucede en la vida es por alguna razón, sólo necesitas descubrir su motivo y aprender de ello.
La resiliencia es la capacidad de un grupo o persona de afrontar, sobreponerse a las adversidades y resurgir fortalecida o transformada.

martes, 20 de agosto de 2013

El coraje de vivir


El valor de vivir la incertidumbre:

Vivir requiere el coraje de vivir con la incertidumbre.




Necesitamos construirnos como personas que no se hundan a la primera de cambio 
cuando las cosas no van como una quiere.

Aprender a gestionar la incertidumbre y la frustración; 
contener los impulsos que interfieren en la consecución de los objetivos.

Para todo ello hay que ser fuerte y valiente y vivir con intensidad y conciencia.

La fortaleza se adquiere a fuerza de vivir y 
enfrentarnos a las situaciones que nos ponen a prueba. 
No significa no tener miedo, sino ser capaz de hacer lo que debe ser hecho 
y dejar de hacer lo que no debe se hecho, a pesar de sentirlo.

la aventura de vivir requiere fortaleza


 La resistencia inteligente





La resistencia inteligente está compuesta de: fortaleza, valor y voluntad:

Cada una de estas cualidades nos da impulso para dirigir y mantener la dirección adecuada de nuestros anhelos.

Nos permiten el autocontrol emocional necesario para resistirnos al autoritarismo y al gregarismo al que nos mueve el entorno.

Una puede ser abatida pero puede alzarse, en cambio, la persona hundida en el conformismo no puede levantar la cabeza. Por eso es necesario apostar por una misma, tomar el control de la vida y vivir de verdad.

Asumir la aventura de vivir requiere fortaleza, valor y trabajo, y es una aventura posible porque depende de una decisión personal libre y responsable.

lunes, 11 de febrero de 2013

La rivalidad y la envidia entre las mujeres





La envidia y la rivalidad entre mujeres pueden llegar tan lejos que puede generar que las mujeres rechacen la amistad de otras mujeres.
La conducta más típica es la de ignorar a la mujer rechazada, actuar fríamente o hacer como si nada ha sucedido pero hablar pestes de ella en cuanto se descuida.
Así es como el cotilleo prolifera en los círculos femeninos. El cotilleo es mortal para las relaciones y también debilita el carácter y la credibilidad de las que lo practican habitualmente.
Quizás el efecto más peligroso de la rivalidad y la envidia entre mujeres es que las relaciones dejan de ser genuinas y las mujeres desconfían de otras mujeres.
De esta manera una puede pensar que es parte de un grupo de mujeres que la respetan y valoran pero en realidad a sus espaldas hablan de ella de maneras muy degradantes.
Aparte de la destrucción de relaciones y la incapacidad para cooperar unas con otras, el efecto más devastador es lo que hace a nivel personal.
 La rivalidad  y la envidia profundizan nuestros sentimientos de disconformidad. Esto nos hace más inseguras, desconfiadas, resentidas y hasta agresivas.
Si las mujeres en algún momento quieren  sanar  las relaciones necesitan buscar la manera de conciliar la verdad acerca de cómo han sido heridas por la rivalidad y por la envidia y cómo ellas también han herido a otras mujeres. Cada una necesita poner de su parte.

lunes, 4 de febrero de 2013

Apertura y confianza



YEMAYA                                                            
Redención

Ven con tus preocupaciones

Ven con tus aflicciones,

Ven cuando la vida sea alegre,

Ven cuando la vida te pese,

Ven cuando lleves demasiadas cargas

Ven cuando casi no quede nada de ti,

Ven cuando estés agotada,

Ven cuando quieras renovarte.

Pero, cuando vengas,

Lo único que te pido

Es que te sometas a mí,

A la madre océano de vida;

Mi acuoso vientre te espera

Para albergarte, para nutrirte,

Para darte la luz de nuevo, cuando te abandones

Y me lo entregues todo a mí.


Te nutres cuando te das cuenta de que la única manera de superar algunas situaciones es rindiéndote y abriéndote a algo más grande. Cuando nos abrimos y confiamos en la vida, permitimos que la energía de la vida opere en nosotras para conseguir lo que necesitamos.

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