Un salto cuántico de consciencia
“Una vez que la mujer consigue hacer suya su
propia autoridad interior da un salto cuántico hacia la octava superior de
lo femenino.
Ello no significa que la vida se le haga más fácil,
sino que el hecho de traspasar un umbral le permite entrar en otro vórtice de
energía que hará emerger sus sentidos más sutiles: la intuición,
la claridad interior y la sensibilidad hacia la vida.
Realmente toma conciencia de que la vida le habla, y
su paisaje externo refleja el interno: la misma existencia se transforma
entonces en su fuente de enseñanza, aportándole todo lo que necesita aprender,
y es capaz de darse cuenta de que las personas y los sucesos con los que se
enfrenta actúan continuamente como fieles espejos.
Si necesita ayuda, esta mujer sabe que en su
interior cuenta con una poderosa Fuente que le guiará; su corazón se
abre más y puede ver con mayor claridad sus elecciones y las opciones de las
que dispone.
Le es posible cambiar con facilidad y rapidez, en
lugar de hacerlo con dolor y lentitud, y su expresión adquiere mayor
profundidad y consistencia, mucho más sentimiento y cualidad de ser.
Cuando comenzamos a entrar en ese delicado estado de
gracia y experimentamos el poder, la potencia y la profundidad que conlleva el
hecho de ser mujer, la única respuesta posible es inclinar la cabeza en
silencio y expresar internamente nuestro agradecimiento.
La octava superior de lo femenino es la Gracia, la
total rendición ante nuestro Poder Superior, y ella es la que domina. Ya no
necesitamos depender de nada que provenga de fuera de nosotras para conseguir
el bienestar, ya que nuestra profunda sumisión y liberación permiten que
todo suceda.
Por fin, la risa y la vida brotan desde lo más
profundo de nuestro ser, pues hemos dado a luz a nuestro hijo: el Júbilo.
Cada vez somos más conscientes del fenómeno de la
sincronicidad o “coincidencia
significativa”, como le llamaba Carl Jung; estos momentos avalan nuestra
seguridad de que nuestro ser interior está en armonía con algo más grande y
lógico de lo que nuestra mente consciente conoce”.
~“El Despertar de la Mujer
Consciente” de Mary
Elizabeth Marlo~