La envidia y
la rivalidad entre mujeres pueden llegar tan lejos que puede generar que las
mujeres rechacen la amistad de otras mujeres.
La conducta más
típica es la de ignorar a la mujer rechazada, actuar fríamente o hacer como si
nada ha sucedido pero hablar pestes de ella en cuanto se descuida.
Así es como
el cotilleo prolifera en los círculos femeninos. El cotilleo es mortal para las
relaciones y también debilita el carácter y la credibilidad de las que lo
practican habitualmente.
Quizás el
efecto más peligroso de la rivalidad y la envidia entre mujeres es que las
relaciones dejan de ser genuinas y las mujeres desconfían de otras mujeres.
De esta
manera una puede pensar que es parte de un grupo de mujeres que la respetan y
valoran pero en realidad a sus espaldas hablan de ella de maneras muy
degradantes.
Aparte de la
destrucción de relaciones y la incapacidad para cooperar unas con otras, el
efecto más devastador es lo que hace a nivel personal.
La rivalidad y la envidia profundizan nuestros sentimientos
de disconformidad. Esto nos hace más inseguras, desconfiadas, resentidas y
hasta agresivas.
Si las
mujeres en algún momento quieren sanar las relaciones necesitan buscar la manera de
conciliar la verdad acerca de cómo han sido heridas por la rivalidad y por la
envidia y cómo ellas también han herido a otras mujeres. Cada una necesita poner
de su parte.
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