El
valor de vivir la incertidumbre:
Vivir requiere el coraje de vivir con
la incertidumbre.
Necesitamos
construirnos como personas que no se hundan a la primera de cambio
cuando las
cosas no van como una quiere.
Aprender
a gestionar la incertidumbre y la frustración;
contener los impulsos que
interfieren en la consecución de los objetivos.
Para
todo ello hay que ser fuerte y valiente y vivir con intensidad y conciencia.
La
fortaleza se adquiere a fuerza de vivir y
enfrentarnos a las situaciones que
nos ponen a prueba.
No significa no tener miedo, sino ser capaz de hacer lo que
debe ser hecho
y dejar de hacer lo que no debe se hecho, a pesar de sentirlo.
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