domingo, 6 de noviembre de 2011

Para poder ser libre hace falta:

PONER LIMITES
http://www.paralaconfianza.cl

Poner límites, negarse, ser rechazada, parecen experiencias o conceptos negativos porque sugieren que hemos perdido el tiempo, que no hemos sido amadas, que nos hemos equivocado, que hay que seguir el camino sin nada entre las manos.

La madurez emocional pasa, sin embargo, por esta lección fundamental.

Los límites obligan a configurar las prioridades y las necesidades personales, a no ser víctima de todo lo que acaece: filtrar, elegir y asimilar son el resultado de poner límites, de aceptar límites.

Aprender a transformar unas circunstancias que tal vez no son las que hubiésemos deseado, a funcionar al margen de lo que los demás, o la vida, nos han dado, o no nos han dado.

Poco a poco emerge una sólida realidad: alguien capaz de albergar, de proteger, de trasformar y de amar a pesar de sus circunstancias.

Alguien libre, en la mayor medida posible, de odios y rencores, de mil reproches, de demasiados temores.

Alguien capaz de distanciarse de sus circunstancias y de fabricar un mundo a su imagen y semejanza, soñando, inventando, y a veces, aún fugazmente, plasmando.

Para ello, dice Lise Heyboer que:
“... Hace falta encontrar las raíces de lo que somos. 
Disolver las estructuras rígidas como las opiniones, los prejuicios, los vínculos, las obligaciones.

Nos ofrecen seguridad a cambio de restringir, estrechar, reducir y negar la seguridad profunda y esencial de estar abierta a la vida...

Camina en tu propia vida. Una vida con demasiadas reglas, límites, dogmas y valores rígidos no está viva.

El destino no está escrito en ninguna parte, sólo el corazón de cada persona lo conoce, si este corazón tiene la suficiente libertad”.

Cuando las personas son sólidas, su entorno no las contamina: su verdad personal será fuerte y duradera y bastará para alumbrarlas.

Como en las montañas, el agua arrecia, el hielo recubre, el viento erosiona, pero la montaña sigue indemne y a sus pies puede brotar la vida que ella misma ampara.

Elsa Punset. Inocencia radical

1 comentario:

  1. Estoy de acuerdo en caminar en nuestra propia vida, ¿ Que seria de nosotras si no fueramos autenticas ?

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